La velocidad de la información, llega a partir de la red conocida como Internet, con ella el flujo de la información, comienza a formar emporios o monopolios de poder, donde el poder no está en quienes tiene la información sino en quienes la manejan.
A partir de este momento los países desarrollados se anotan una ventaja más ante los países del tercer mundo o en vía de desarrollo. A sus manos llega una herramienta de comunicación poderosa y de gran apoyo para su idea de superponerse como cultura sobre las demás, hablamos pues, de los países pertenecientes al G8, ocho países industrializados que en pocas palabras son dueños del mundo: Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Rusia.
Al peso económico, político y militar se le suma que son países inforicos. Dueños y manipuladores que se distribuye en el resto del país.
Se forma pues, una brecha digital más grande entre los países industrializados y los del tercer mundo. Diluir este abismo no es nada fácil, pues estamos ante países muy poderosos y que no están dispuestos a dejarlo de ser.
Las nuevas tecnologías llegan cada día a nuestro país, parte por parte creando una dependencia. Sin embargo este alcance tecnológico por parte de los países industrializados es un arma de doble filo. Esto se debe a que estas nuevas herramientas se están asumiendo de manera libre y autónoma, sin educación ni conciencia alguna de su manejo y utilidad.
El acceso pues a estas tecnologías se hace, según el individuo lo decida, perdiendo el respeto, ética y responsabilidad que se debe tener en cualquier acto social. Haciendo uso desmesurado e irresponsable y hasta delictivo de la red.
Sin embargo si pudiéramos ser un país inforico, a partir de un buen manejo educativo, tendría una gran ganancia nuestro país. ¿La pobreza desaparecería? Aunque es un largo proceso, valdría mucho la pena. Pues abogo porque la educación es una efectiva herramienta para la erradicación de la pobreza.
Finalmente y después de muchos debates, no podemos satanizar la tecnología, no podemos dejar de reconocer que la Internet, también ha logrado incluir a nuestra sociedad en otra sociedad mundial, donde los flujos y la información dan la parada.
Con un sólo clic accedemos a la información, ventaja que muchos agradecen, aunque otros no. La irresponsabilidad con la que se maneja la información en el escenario académico cada vez aumenta más. fenómenos como el plagio son cada vez más normales y sobre todo la mediocridad del profesional del futuro, eso es lo que más preocupa.
A partir de este momento los países desarrollados se anotan una ventaja más ante los países del tercer mundo o en vía de desarrollo. A sus manos llega una herramienta de comunicación poderosa y de gran apoyo para su idea de superponerse como cultura sobre las demás, hablamos pues, de los países pertenecientes al G8, ocho países industrializados que en pocas palabras son dueños del mundo: Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Rusia.
Al peso económico, político y militar se le suma que son países inforicos. Dueños y manipuladores que se distribuye en el resto del país.
Se forma pues, una brecha digital más grande entre los países industrializados y los del tercer mundo. Diluir este abismo no es nada fácil, pues estamos ante países muy poderosos y que no están dispuestos a dejarlo de ser.
Las nuevas tecnologías llegan cada día a nuestro país, parte por parte creando una dependencia. Sin embargo este alcance tecnológico por parte de los países industrializados es un arma de doble filo. Esto se debe a que estas nuevas herramientas se están asumiendo de manera libre y autónoma, sin educación ni conciencia alguna de su manejo y utilidad.
El acceso pues a estas tecnologías se hace, según el individuo lo decida, perdiendo el respeto, ética y responsabilidad que se debe tener en cualquier acto social. Haciendo uso desmesurado e irresponsable y hasta delictivo de la red.
Sin embargo si pudiéramos ser un país inforico, a partir de un buen manejo educativo, tendría una gran ganancia nuestro país. ¿La pobreza desaparecería? Aunque es un largo proceso, valdría mucho la pena. Pues abogo porque la educación es una efectiva herramienta para la erradicación de la pobreza.
Finalmente y después de muchos debates, no podemos satanizar la tecnología, no podemos dejar de reconocer que la Internet, también ha logrado incluir a nuestra sociedad en otra sociedad mundial, donde los flujos y la información dan la parada.
Con un sólo clic accedemos a la información, ventaja que muchos agradecen, aunque otros no. La irresponsabilidad con la que se maneja la información en el escenario académico cada vez aumenta más. fenómenos como el plagio son cada vez más normales y sobre todo la mediocridad del profesional del futuro, eso es lo que más preocupa.
Para terminar, quisiera dejar en claro que las tecnologias y la Internet, son una gran herramienta de desarrollo y evolución de un país, sin embargo necesitamos un poco más de autonomía tecnológica y responsabilidad social.